"Para mí, aunque quizás no tenga un objetivo concreto, la literatura y la expresión escrita posee mucho poder. Y si bien no sea un mecanismo para cambiar nada ni a nadie, al menos hace que tengas un mejor día y más llevadera la vida... que aquí en nuestra jodida Lima ya es mucho"

Hernán

martes, 4 de marzo de 2008

Madre asesina a novia de su hijo por bailar perreo

La noche del veintitrés de abril, en completo estado de ebriedad, una joven de apenas quince años de edad asesinó a su novio por haberla dejado embarazada el día que bailaron perreo en la discoteca Pirañus. La madre del occiso quiso hacer justicia con sus propias manos, así que, la misma noche, apenas enterada de la muerte de su primogénito, cogió las tijeras que usaba para cortar los cupones del periódico y fue en busca de la joven asesina. La joven, al darse cuenta que a lo lejos se avecinaba la señora vengativa, intentó escaparse de su casa por la ventana posterior. Al caer a la calle se encontró cara a cara con la enloquecida madre que, sin vacilación, le clavó las tijeras en el cuello mientras le repetía: a mí hijo no le gustaba el perreo. Apenas concluida la carnicería, descuartizó el cuerpo de la joven asesina y la metió en varias bolsas amarillas del Metro.
La mañana llegaba y las bolsas aún seguían afuera de la casa de la joven. Es así como los primeros rayos del sol alumbraron de lleno la imagen de la madre asesina totalmente manchada de sangre. Las bolsas del Metro empezaron a ser cubiertas por moscas gigantes y verdes, y un olor a podredumbre iba girando en el ambiente. La policía cuando vio dicha escena no supo que hacer, y el Teniente se puso a vomitar. Qué carajo, qué mierda, repetía incansable el teniente.

Después de las respectivas pericias de los detectives, llegaron a la conclusión de que la madre, cuando era niña, fue mordida por un perro en la pierna, es por eso que nunca aprobó que su hijo, el mototaxista de apenas veinte años de edad, bailara el perreo de miedo a que le muerdan esta vez el culo. Después de aquellas conclusiones ya todo estaba dicho: hay que meter presa a la madre por no haberle dejado libertad a su hijo. En cuanto a la joven asesina, evidentemente imposibilitada de dar algún tipo de declaración, fue llevada al basural más cercano porque ya estaba oliendo a mierda, según palabras del Teniente.

Un señor de tez cobriza identificó a la señora rápidamente al verla en la comisaría, y le gritó: sabía que andabas en malos pasos, vieja puta. La señora, consternada aún por los hechos sangrientos de la noche anterior sólo repetía sin cesar: mi hijo, mi hijo…
El Policía, no obstante las investigaciones dadas, pensaba, rascándose el mentón, en la remota posibilidad de que la joven víctima haya sido la asesina del hijo de la señora consternada. En ese caso, seguía pensando, la castigada debería ser la joven y no la madre, o tal vez ambas, o tal vez el hijo, o tal vez nadie. Breves segundo después de darse cuenta de lo complejo que era el asunto, salió a verle las piernas a una muchacha que pasaba en minifalda por la angosta calle de la comisaría.
En ese momento, el teniente prendió un cigarrillo, el secretario escribía con dos dedos la palabra o-k-s-i-z-o, el policía se pasaba la lengua por los labios mientras seguía mirando las mismas piernas mencionadas, el perro hacía cola para entrar al baño, el golosinero asesoraba a un señor sobre cómo hacer una denuncia, el choro miraba televisión mientras apuntaban su nombre, Perú perdía uno a cero frente a Chile en las eliminatorias para el mundial Afganistán 2024, Maestri la para de pechito, Pizarro se la pasa al Chorri, el Chorri patea y gol, GOOOOOOLLLLL¡¡¡¡¡ Uno a uno el partido y el choro le da un beso al Policía, el Policía abraza a su compadre el Teniente, el Teniente que golpea el hombro a su hermano el Capitán, el Capitán que deja libre a la señora ya que no festejaba con los muchachos el empate de Perú.

La madre del joven asesinado y asesina de la asesina que asesinó al joven asesinado, regreso a su casa y se asesinó. Asesinados todos, ya dejo de seguir escribiendo estupideces y tú dejas de perder el tiempo. Gracias totales.